Volvió el fútbol. ¡Por fin!, dirán algunos. Pero el bullicio, el griterío y la emoción han quedado huérfanos en medio del silencio.
Todo comenzó hace 19 años cuando vinieron a por los socios de los clubes de fútbol, a una gran mayoría nos obligaron a dejar de serlo para ser simples abonados sin ningún derecho. Convirtieron nuestros clubes en SAD. Era, decían… la solución a la deuda. Privatizaron un sentimiento con el resultado conocido: la ruina.